El cabello sano, brillante y fuerte comienza con la rutina de lavado adecuada. Lavar y cuidar su cabello de la manera correcta puede mejorar la condición tanto del cabello como del cuero cabelludo. Esto ayuda a que su cabello permanezca limpio por más tiempo, se engrase menos rápidamente y conserve su brillo natural. Además, una buena rutina de lavado previene la sequedad y el daño, manteniendo su cabello hermoso y bien cuidado durante más tiempo.
La temperatura ideal del agua
No lave su cabello con agua demasiado caliente, ya que puede resecar tanto el cabello como las puntas. Aunque el agua caliente limpia eficazmente, también puede dejar su cabello seco y con frizz. Por otro lado, el agua fría ayuda a prevenir la sequedad y aporta brillo, pero no disuelve la grasa con la misma eficacia, lo que puede impedir una limpieza óptima.
La temperatura ideal para lavar el cabello es de aproximadamente 38 grados, similar a la temperatura recomendada para el baño de un bebé. Después del lavado, enjuague con agua más fría para cerrar las cutículas del cabello, lo que le dará un brillo extra.
¿Con qué frecuencia lavar el cabello?
Cada persona tiene una estructura capilar diferente: algunas personas tienen el cabello graso o con caspa con mayor rapidez que otras. Sin embargo, en general, se recomienda lavar el cabello lo menos posible. Lavar con menos frecuencia ayuda a prevenir la sequedad, reduce la producción de sebo a largo plazo y mantiene el color del cabello teñido por más tiempo. Para la mayoría de las personas, lavarse el cabello dos veces por semana es suficiente.
Cómo lavar el cabello de manera óptima
Preparación
Antes de lavar el cabello, péinelo para reducir los enredos. El cabello mojado es más frágil y se quiebra con mayor facilidad, por lo que cuanto menos necesite peinarlo después del lavado, mejor. Comience desenredando las puntas y suba poco a poco hacia las raíces.
Aplicación del champú
Primero, moje bien su cabello antes de aplicar el champú. No use demasiado producto: una mayor cantidad no significa una mejor limpieza. Frote el champú entre las manos para crear espuma y distribuirlo uniformemente.
Masajee el cuero cabelludo suavemente con las yemas de los dedos, prestando especial atención a la línea del cabello y la nuca. Si tiene el cabello largo, evite frotar las puntas con fuerza o amontonar el cabello sobre la cabeza, ya que esto puede causar enredos y daños.
Enjuague
Dedique el tiempo necesario para enjuagar bien su cabello; este proceso debe durar más que el lavado. Use abundante agua tibia para asegurarse de que no queden restos de champú, ya que estos pueden apelmazar el cabello, dificultar el peinado y hacer que se engrase más rápido debido a la acumulación de residuos.
Doble lavado
Una regla de oro: lave su cabello dos veces.
- Primer lavado: elimina la suciedad y la grasa. Use una cantidad de champú del tamaño de una moneda de euro.
- Segundo lavado: proporciona cuidado y nutrición. Use la mitad de la cantidad que utilizó en el primer lavado.
El cabello no se vuelve graso por lavarlo con frecuencia, sino por masajear el cuero cabelludo con demasiada intensidad o usar agua demasiado caliente. Evite esto para no estimular una producción excesiva de grasa.
Acondicionador y mascarilla capilar
Después del lavado, use siempre un acondicionador o mascarilla capilar. Si su cabello se engrasa con facilidad, aplíquelo solo en las puntas y evite el cuero cabelludo. Enjuague bien con agua tibia hasta que el agua salga completamente limpia.
Último enjuague y secado
Para finalizar, enjuague su cabello con agua fría para cerrar las cutículas. Esto ayuda a controlar el frizz y aporta un brillo extra. Seque su cabello suavemente con una toalla, sin frotar, para evitar el daño.
Siguiendo esta rutina de lavado, su cabello se mantendrá limpio, saludable y radiante por más tiempo. ¡Disfrute de un cabello hermoso y bien cuidado!